Línea Madrid-Sevilla
Eje vertebrador del centro y sur peninsular
Eje vertebrador del centro y sur peninsular
Además de las ciudades comprendidas en ella (Madrid, Ciudad Real, Puertollano, Córdoba y Sevilla), las líneas de alta velocidad de Toledo y Málaga parten de dos de sus bifurcaciones. Gracias a los cambiadores de ancho, las circulaciones ferroviarias de Cádiz, Huelva, Málaga, Granada y Algeciras también se benefician de las mejoras que aporta esta línea, tanto en tiempos de viaje como en servicio.
Financiación europea
Esta línea ha contado con ayudas y financiación recibidas por Adif AV procedentes de los distintos fondos y programas de la Unión Europea (UE).
“Una manera de hacer Europa”
- Periodos 2006 y 2007-2013
- Periodo 2014-2020
Evolución
En este sentido, la historia de esta línea está jalonada de reconocimientos y premios a un servicio que ha conseguido la categoría de excelente según los baremos existentes en calidad. Es el caso del Galardón Europeo a la Calidad obtenido por el servicio en 1998, la más alta distinción relacionada con la gestión de calidad y la excelencia empresarial que se otorga en Europa, o el Sello a la Excelencia Europea que otorga el Club de Gestión de Calidad AVE obtenido en 2000, una certificación que reconoce la evolución de la mejora continua en la gestión.
Otro ejemplo significativo es que, a los 15 años de su apertura, el coste de mantenimiento por km de vía de la Red de Alta Velocidad se había reducido en torno al 50 por ciento, como consecuencia del aprendizaje, la experiencia y la mejora en la gestión, pese a haberse incrementado el número de circulaciones en cerca de un 300 por ciento.
Tecnologías pioneras se instalaron en su momento en esta línea, como el LZB, que supervisa continuamente la velocidad con transmisión de datos bidireccional entre vía y tren y posibilita la conducción automática de trenes. En un futuro, se prevé la implantación del sistema europeo de control de tráfico ERTMS (European Railway Traffic Management System), que permite mayores prestaciones de seguridad y un incremento de la velocidad.
Un tren AVE de la serie 100 (100-015) consiguió el 23 de abril de 1993 uno de los récords históricos de velocidad del ferrocarril español, al alcanzar una velocidad 356,8 km/h, sin realizar modificaciones en el vehículo. Las pruebas posibilitaron la explotación comercial a 300 km/h en 1994, reduciéndose en 40 minutos la duración anterior del trayecto entre Madrid y Sevilla. Este récord fue superado 13 años después en la línea Madrid - Barcelona. La noche del 15 al 16 de julio de 2006 un tren de la serie 103 (103-002) logró el actual récord de velocidad español, establecido en 404 km/h, también sin modificaciones.
En el ámbito de la vía, se ha realizado un importante trabajo de mejora de los peraltes en diferentes tramos, que ha permitido un incremento de la velocidad de 250 a 300 km/h sin que se hayan visto afectados los niveles de confort ni se haya aumentado la agresividad sobre la vía.
Entre las mejoras para la adaptación a nuevos estándares de alta velocidad, se han realizado trabajos como el cambio del sistema de electrificación 25 Kv. c/a, 50 Hz, así como la instalación de telecomunicaciones vía GSM-R.
Por último, es de destacar la modernización realizada en el control de tráfico ferroviario, gracias a Da Vinci, uno de los sistemas de tráfico más avanzados del mundo, que integra en una única aplicación todos los sistemas que componen los elementos de un Centro de Regulación y Control.
Actualidad
Conoce más de la línea
El 21 de abril de 1992, el primer tren sobre una infraestructura de alta velocidad en nuestro país completó los 470,5 km que separan Madrid de Sevilla en dos horas y cincuenta minutos. Convertida en la mayor obra de ingeniería ferroviaria realizada hasta ese momento en España, arrancaba así un proceso de transformación sin precedentes de un ferrocarril.
La Línea de Alta Velocidad Madrid-Sevilla, inaugurada el 14 de abril de 1992, fue la primera línea ferroviaria de Alta Velocidad y ancho internacional construida en España. Su inauguración coincidió con la Exposición Universal de Sevilla.
La llegada de la alta velocidad a España supuso un gran cambio también en las estaciones viajeros. Algunas históricas fueron sometidas a remodelaciones, como la emblemática Puerta de Atocha de Madrid, mientras que en otros lugares se apostó por nuevas terminales, como las de Ciudad Real, Puertollano, Córdoba y Sevilla Santa Justa.